Guanajuato impulsa alternativas sostenibles ante los retos de la agricultura convencional

En gran parte del estado de Guanajuato se presentan condiciones climáticas y geográficas favorables para la producción agrícola. La región del Bajío, en particular, destaca por su productividad en granos básicos y hortalizas, siendo Guanajuato el principal estado productor de brócoli, así como el segundo en la producción de cebada, sorgo y zanahoria (SIAP, 2024).

Actualmente, la mayor parte de esta producción se realiza a cielo abierto y bajo un esquema de agricultura convencional, lo cual ha generado con el paso del tiempo efectos negativos en los suelos. Entre estos impactos destacan la erosión física, química y biológica, resultado del uso excesivo del arado, así como de fertilizantes y pesticidas químicos. Esta situación ha provocado una disminución en la fertilidad del suelo y un incremento en los costos de producción debido a la creciente necesidad de insumos.

Ante esta problemática, se vuelve esencial transitar hacia sistemas de producción agrícola con un enfoque sostenible. En 2023, Guanajuato registró un total de 902,058.20 hectáreas destinadas a la actividad agrícola, de las cuales el 99.5% se manejaron bajo el sistema convencional a cielo abierto (SIAP, 2024).

Una de las alternativas que ha comenzado a ser adoptada en los últimos años es la agricultura regenerativa, sistema que, aunque no cuenta con una definición única, puede entenderse como una forma de producción sostenible que parte de la salud del suelo, promueve la biodiversidad, cuida el medio ambiente y utiliza tecnologías y prácticas de última generación.

Según el Dr. Manrrubio Muñoz, este modelo se fundamenta en seis principios básicos:

1. No perturbar el suelo, es decir, evitar su movimiento innecesario.

2. Mantener una cobertura vegetal para regular temperatura, evitar la erosión y suprimir malezas.

3. Fomentar la diversidad, a través de la rotación de cultivos, abonos verdes o coberturas vivas.

4. Conservar raíces vivas en el suelo la mayor parte del tiempo para mantener la actividad microbiana.

5. Reintegrar animales al sistema, mediante prácticas como el pastoreo rotacional.

6. Cerrar la brecha productor-consumidor, ofreciendo alimentos con mayor valor nutricional y menor impacto ambiental.

 

La adopción de este sistema suele ser gradual, incorporando poco a poco estos principios, sin que necesariamente deban implementarse todos al mismo tiempo.

El objetivo principal es fortalecer la salud del suelo, así como la salud animal y humana, buscando aumentar la capacidad del suelo para mantener su productividad y ofrecer servicios ambientales sin depender de insumos externos (Muñoz, 2023).

En este contexto, los Fideicomisos Instituidos con Relación a la Agricultura (FIRA) han implementado acciones para apoyar la transición hacia prácticas más sostenibles. Entre estas destacan el impulso para adquirir y utilizar biofertilizantes, inoculantes, reguladores de crecimiento y mejoradores de suelo orgánicos. Asimismo, se han promovido eventos demostrativos y capacitaciones sobre agricultura regenerativa en diversas regiones del estado.

FIRA ha manifestado como prioridad el respaldo a proyectos sostenibles, con la meta de incrementar la productividad y eficiencia en las cadenas de valor del campo, al tiempo que se contribuye al desarrollo de un sector agropecuario, forestal y pesquero responsable. De esta manera, se avanza hacia una agricultura menos dependiente de insumos externos, con menor impacto ambiental y con mayores beneficios sociales y económicos para los productores.

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