El crimen organizado en Guanajuato ha encontrado una nueva fuente de ingresos: el robo y venta ilegal de leche, una práctica que autoridades y medios ya identifican como “lechicoleo”, de acuerdo con un reporte de Milenio.
Según la Secretaría de Seguridad y Paz estatal, en los últimos ocho meses se han decomisado 160 mil 800 litros de leche, con un promedio mensual de 20 mil litros incautados.
Modus operandi
El esquema consiste en que conductores de pipas, coludidos con grupos criminales, desvían las unidades hacia puntos clandestinos. Ahí extraen parte del producto en condiciones insalubres y lo sustituyen con agua y sal para mantener el peso original. La leche adulterada, además de representar un fraude, pone en riesgo la salud de los consumidores.
“Cuando estas pipas salen de las empresas, antes de llegar a su destino final pasan a una cadena ilegal. Ahí vacían parte de la leche en contenedores sin medidas sanitarias y luego rellenan con agua y sal”, explicó Juan Mauro González, secretario de Seguridad y Paz de Guanajuato.
Ex trabajadores implicados
El presidente de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec), Ricardo Villavicencio Contreras, advirtió que gran parte de los responsables son ex empleados de la industria, quienes conocen los procesos de producción y comercialización.
“Son delincuentes que estuvieron en el negocio, saben cómo hacerlo y a dónde llevar la leche. Esto evidencia una vulnerabilidad de seguridad que afecta a todo el sector”, señaló.
Casos recientes
Las autoridades han realizado decomisos significativos en lo que va del año:
Enero (Irapuato): aseguraron siete tinacos y 20 tambos, además de detener a dos responsables.
Febrero (León): incautaron 34 mil litros de leche robada y detuvieron a dos hombres.
Abril (carretera federal 45D): recuperaron 66 mil litros, motobombas, contenedores e inhibidores de señal, y capturaron a tres personas.
Se calcula que los grupos criminales desvían hasta 20 mil litros diarios, generando pérdidas que superan los 13 millones de pesos mensuales para el sector agroalimentario.
Riesgos sanitarios y económicos
A diferencia del robo de combustible, el robo de leche implica un riesgo sanitario mayor, pues se trata de un producto perecedero que, al manipularse sin medidas de higiene, puede provocar graves afectaciones a la salud.
“Es necesario investigar a fondo hacia dónde se dirige este producto. No es como la gasolina que se puede almacenar, la leche se echa a perder y puede causar problemas graves de salud”, advirtió Raúl Calvillo, director del Observatorio Ciudadano de Irapuato.
Además del impacto sanitario, la industria enfrenta un incremento en costos de seguridad y rastreo, lo que a su vez repercute en los consumidores.
Guanajuato, clave en la producción nacional
El problema golpea a una de las principales cuencas lecheras del país. Guanajuato ocupa el quinto lugar nacional en producción, con el 9.4% del total, detrás de Jalisco, Coahuila, Durango y Chihuahua.
En México se producen más de 13 mil 500 millones de litros de leche al año, con un consumo que crece a un ritmo de 2% anual.
“Evidentemente la inseguridad afecta, pero seguimos creciendo porque el consumo de lácteos en México también se incrementa”, aseguró Octavio Hernández, director de la Asociación Mexicana de Productores de Leche.
Una nueva cara del crimen organizado
Expertos coinciden en que el “lechicoleo” es una muestra de la diversificación de ingresos del crimen organizado, que busca nuevas fuentes de financiamiento tras el reforzamiento de las medidas de seguridad contra delitos como el huachicoleo de combustibles.
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