Ante una declarada sequia a nivel estatal confirmada por el gobernador Diego Sinhue Rodriguez Vallejo, la situación de la ciudad capital va en el mismo sentido y se acerca a números duros y preocupantes, ya que aún faltan más de ocho semanas para que el temporal de lluvia refresque en la cañada y zona serrana del cuevano.
En la ciudad, las repercusiones se notan con tiempos de tandeo en el suministro del vital líquido cuando los niveles del agua en las diferentes presas ya no son suficientes, además de campañas que invitan a cuidar, supervisar y reportar cuando no se cuida este recurso.
Pese a todo, los niveles que se registran en la presa La Soledad no sobrepasan el 18% con un volumen total de 290 mil 165 metros cúbicos de agua y decreciendo día a día mientras se abastecen las zonas de Valenciana, San Javier, Carrizo, Cata o Mellado.
Ni siquiera la poca lluvia que se presenció el pasado jueves tuvo gran efecto para aumentar o mantener sus niveles, además de que al ser la presa que más retirada esta de la cañada, su mantenimiento y posibles filtraciones dificultan que el vaso captador tenga grandes esperanzas de seguir con liquido llegados los primeros indicios de chubascos.
Por otra parte, la presa que conserva gran parte de su captación y volumen es La Esperanza, que registra un 67% de volumen y tiene 572 mil 362 metros cúbicos de fluido en sus muros, con una afortunada conservación pese a que en su superficie exista lama y basura, así como restos de peces en putrefacción que deterioran la calidad del líquido.
Esta situación deberá ser remediada por las plantas potabilizadoras para darle a los ciudadanos agua de calidad o menos contaminada.
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