Reabre al público la tumba del faraón Amenhotep III tras una extensa restauración

La tumba del faraón Amenhotep III, una de las más grandes y majestuosas del Valle de los Reyes y Reinas, reabrió oficialmente sus puertas este sábado tras varios años de intensos trabajos de restauración.

El ministro egipcio de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathy, presentó a los medios el sitio recién restaurado, cuya antigüedad supera los 3 mil años. La tumba, tallada en la ladera de una colina en la ribera occidental del Nilo, frente a la ciudad de Luxor, está decorada con pinturas murales consideradas entre las más bellas de la XVIII Dinastía, según la misión japonesa de la Unesco.

Descubierta por primera vez en 1799, durante la breve conquista napoleónica de Egipto, la tumba sufrió siglos de excavaciones, saqueos y deterioro, lo que la dejó en riesgo de colapso. Su restauración fue posible gracias al apoyo del gobierno japonés y de la Unesco, que impulsaron las labores de conservación estructural y artística.

Amenhotep III ascendió al trono siendo un adolescente y gobernó durante cuatro décadas de prosperidad, estabilidad y esplendor artístico. Falleció en el 1349 a. C., a los 50 años, y fue sepultado en la Necrópolis tebana, donde descansan reyes, reinas, sacerdotes y escribas del Antiguo Egipto entre los siglos XVI y XI a. C.

Tras las excavaciones realizadas por misiones francesas y británicas entre 1799 y 1915, gran parte del contenido de la tumba fue trasladado a museos internacionales, como el Museo del Louvre en París, el Museo Metropolitano de Nueva York y el castillo de Highclere en el Reino Unido, según la Universidad de Waseda (Japón).

Actualmente, la momia y el sarcófago del faraón se conservan en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia de El Cairo, mientras que el Museo Egipcio de Tahrir y el Gran Museo Egipcio exhiben las colosales estatuas del faraón y su esposa.

Cerca de su tumba se encuentra el templo funerario de Amenhotep, conocido como Kom al Hetan, que sufrió daños por las inundaciones anuales del Nilo. No obstante, los Colosos de Memnón, dos gigantescas estatuas de granito, continúan en pie como imponentos guardianes que dan la bienvenida a los visitantes del antiguo valle.

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